Pasamos una sola noche pero la casa es fantástica, sobre todo para disfrutarla en verano porque tiene un jardín con chill-out y una piscina atemperada. Esta muy cerca de Gordes que es un pueblecito de la provenza con un encanto especial. Visitamos también la cercana abadía de Senanque, toda una joya cisterciense en la que se respira la paz de la vida monástica.
La estancia en las Terrassas de Gordes fue muy agradable, la habitación muy limpia y caldeada. La ducha y el lavabo muy nuevos y en conjunto todo muy bien decorado, con un estilo rústico y a la vez elegante. Recuerdo todavía el aroma del ambientador con perfume de la provenza que le daba un toque especial a todo el conjunto.